Rating online: ¿Qué están midiendo?
Hace 37 años, el economista Elías Selman se aventuraba en las primeras mediciones de audiencia de televisión. Si en ese momento le hubieran preguntado al denominado “Señor People Meter” si las audiencias, en algún momento, serían capaces de decidir sobre los contenidos que veían, probablemente la respuesta hubiera sido un rotundo no.
Sin duda, de ese momento hasta hoy han cambiado muchas cosas, tanto en la industria como en los consumidores. Cambió la forma en que nos comunicamos, cómo interactuamos con el contenido y la manera en que lo consumimos, dando un salto mortal desde el estudio y la percepción de las audiencias como sujetos pasivos, a los cuales la información se les “inyecta”, como mencionan algunas teorías, hasta su definición actual, caracterizada como un ente activo en el proceso de comunicación masiva, capaz de participar y decidir qué quiere ver y en qué formato. Sin embargo, el sistema con el que medimos a estas nuevas audiencias a nivel nacional sigue siendo el mismo que hace tres décadas.
Algunas semanas atrás, el canal de televisión “La Red” a través de un comunicado anunció que dejará de utilizar el tradicional rating online como índice de medición de audiencia de sus contenidos. “Ensucia mucho la construcción de un programa, las personas que hacen televisión se guían mucho por cómo están marcando vs (sic) la competencia y alargan o acortan temas según cuantas personas los están viendo” señaló Marco García, jefe de estudios del canal, como uno de los argumentos detrás de la decisión.
Y es que con el tiempo, los canales de televisión abierta se volvieron adictos al rating online, creando y programando su contenido según la vaga extrapolación que entrega un aparato decodificador como el people meter. ¿La razón? Mayor audiencia, mayor publicidad, mejores ganancias. Una fórmula infalible, hasta ahora.
“La cifra de rating representa el porcentaje de hogares o individuos, del universo objetivo, que están viendo un programa de televisión en un momento determinado. El universo objetivo de hogares para la TV es el total de hogares con televisión del Gran Santiago más la comuna de Puente Alto y San Bernardo, Antofagasta, Viña del Mar, Valparaíso, Concepción, Talcahuano, Temuco, Padre las Casas, San Pedro de la Paz y Chiguayante, al que se excluyen el nivel socioeconómico E”. Esta es la definición de rating que entrega la empresa Kantar Ibope Media, dedicada desde 1999 a medir el rating de las audiencias de la televisión pública chilena y que, a causa de la aceleración digital del último tiempo y los cambios en la forma de consumo, ha debido enfrentar diversos cuestionamientos en torno a su sistema de medición que, según expertos, presenta ciertos sesgos y ya no se adaptaría a la forma actual de difusión y consumo de contenidos, la cual se lleva a cabo principalmente en el mundo online.
En este escenario, resulta relevante considerar que, en la actualidad, no solo el consumo de los medios es multiplataforma, sino que también, gracias a la diversidad de formatos y plataformas, existe una serie de interacciones en torno a la promoción de un mismo contenido sucediendo en forma simultánea. Por ejemplo: la entrevista de un famoso en televisión, una situación bidireccional: el canal emite el contenido y la audiencia lo ve en su casa; pero ¿qué sucede cuando tenemos la posibilidad de volver a ver esa entrevista aún cuando no la estén pasando en directo? cuando una frase que dijo el famoso se vuelve trending topic, un meme, un challenge de TikTok o abrió un debate en un stream de Twitch. Todas estas son interacciones de la misma audiencia en torno al contenido emitido por televisión, acciones digitales y libres que nos ayudan a comprender por qué cierto contenido resonó más en la mente de las personas por sobre otro, pero que aún no son medibles a gran escala.
Es necesario repensar cómo estamos midiendo la audiencia de los contenidos en la era digital, donde la participación e interacción de los usuarios es fundamental para lograr generar contenidos de calidad en todas sus dimensiones.